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Alejandro III de Macedonia construyó un imperio que se extendía por todos los rincones del mundo, desde el tranquilo y calmo reino de Macedonia hasta el mundo helénico, Persia y, en última instancia, hasta la India.
Sinopsis
Él confiaba en detenerse sólo al llegar al océano Pacífico, pero todo se acabó antes, con su prematura muerte a los treinta y tres años. De esto hace ya dos milenios, pero las historias de su vida, así como de hechos reales y legendarios, han mantenido a Alejandro, conocido como «el Magno» siempre vivo a lo largo de la historia de las civilizaciones, pues su legado es eterno, aunque con diferentes significaciones en cada época: en la Edad Media se convirtió en ejemplo de caballería caballeresca; fue estrella de las pinturas del Renacimientos e incluso, a principios del siglo xx, llegó a parecerse a un lord inglés. Pero ¿quién fue realmente Alejandro en su tiempo? Han sido muchas las teorías y estudios sobre el personaje, pero al fin, en este ensayo biográfico, Anthony Everitt lo juzga conforme a los criterios de su época, considerando todas las posibles contradicciones. Podemos, ahora sí, conocer al príncipe macedonio: naturalmente curioso y fascinado por la ciencia y la exploración, fue un hombre que disfrutaba de las artes y que usaba la gran epopeya de Homero, la Ilíada, como biblia. A medida que conquistaba más y más tierras y veía su imperio crecer, Alejandro mostró respeto por las tradiciones de sus nuevos súbditos y un juicio cuidadoso al gobernar sobre tan vastos territorios. Pero también su vida tuvo un lado oscuro: conquistador empedernido que construyó el imperio más grande de la historia hasta el momento, también glorificó la guerra y fue conocido por cometer actos de notable crueldad. He aquí su biografía definitiva, ampliamente documentada a partir de todos los textos históricos e historiográficos. Como si de una novela se tratase, Everitt nos retrata a un Alejandro humano a la par que glorioso, la vida y los hechos del más grande de los estrategas de la historia.