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Sinopsis
Theodor Adorno escribió en cierta ocasión un ensayo para «defender a Bach de sus entusiastas». En este libro, Dana R. Villa hace lo mismo con Hannah Arendt, cuya profunda reconceptualización de la naturaleza y el valor de la acción política, sostiene, ha sido ocultada y domesticada por los admiradores (incluidos los teóricos críticos, los comunitaristas y los demócratas participativos) que confiaban en reclutarla para sus respectivos proyectos filosóficos o políticos menos radicales. Contra la predominante interpretación «aristotélica» de su obra, Villa explora la modernidad de Arendt, y de hecho su posmodernidad, mediante el tema heideggeriano y nietzscheano de una ruptura con la tradición al final de la metafísica.
No obstante, el libro de Villa es mucho más que una mera corrección de interpretaciones erróneas de la obra de una importante pensadora. Antes bien, argumenta de manera persuasiva en pro de Arendt como la teórica política posmoderna o posmetafísica, la primera teórica política que pensó detenidamente en la naturaleza de la acción política tras la exposición de Nietzsche de la muerte de Dios (es decir, el derrumbe de los correlatos objetivos de nuestros ideales, fines y propósitos). Después de analizar la teoría de la acción de Arendt y la influencia de Heidegger sobre ella, Villa muestra cómo Arendt hizo justicia a la crítica de la tradición metafísica por parte de Heidegger y Nietzsche, evitando al mismo tiempo las conclusiones políticas que estos sacaron de sus críticas respectivas. El resultado es una amplia discusión no solo sobre Arendt y Heidegger, sino también sobre Aristóteles, Kant, Nietzsche, Habermas y toda la cuestión de la política después de la metafísica.