Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
El presente volumen es el primero de los cuatro que conforman la obra Arte e Historia en la Edad Media, cuyo propósito es explorar el amplio terreno en el que se encuentran las experiencias de la historia y el arte medievales. Los protagonistas de esta primera entrega son el tiempo, el espacio y las instituciones. No obstante, habría que referirse a tiempos, en plural: los tiempos del Oriente bizantino y del Occidente, que no son sólo los típicos de la Iglesia y de los mercaderes, sino también los de las canterías, los del orfebre y los del escultor, hasta llegar a los de los historiadores del arte, que, a su vez, intentan imponer la medida y los límites constrictivos del estilo. Junto a los tiempos, los espacios, los itinerarios, los paisajes, los de la ciudad y los del campo y sus representaciones. Y por último, las grandes instituciones religiosas y laicas, la Iglesia, el Papado, el Imperio y, dentro de éstas, los artistas que se mueven, los modelos que circulan y las clases dominantes que, con su estilo de vida, condicionan también la actividad artística.