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Sinopsis
De día, trabaja como telefonista en una línea de información. De noche, duerme en el sofá de su piso, con la única compañía de tres relojes cuyas horas nunca coinciden y un puñado de objetos inútiles que solo acumulan polvo y son testigos mudos de su patética vida: rollos de una noche, alcohol, cigarrillos, vacío y soledad. Los lunes, mientras toma café con su hermana mayor, casada y con tres hijos, detrás de cada frase en apariencia inocua, late el eterno subtexto de un insondable secreto familiar. En un monólogo coloquial y sarcástico, deshilvanado y a la vez extrañamente lógico, Ana nos expone sus días y sus pensamientos, alternándose con un narrador aquiescente, que nos ofrece una lectura más objetiva de esa misma realidad. El estilo narrativo puede tornarse caótico: oraciones interminables; puntuación imposible; tiempos verbales que saltan entre pasado y presente, incluso en medio de una frase. Y el lector permanece ahí, empático y subyugado, sin jamás perder el hilo ni desorientarse. Paso a paso, el caos lo conduce a la comprensión y todo cobra sentido, para luego volver a perderlo; son las reglas de este puzle que nos propone Lucie Faulerová, quien, escribiendo derecho con líneas torcidas, nos habla de amor, sacrificio, melancolía, culpa y autodestrucción.