Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Cuando Lope de Vega escribe «Las bizarrías de Belisa» en 1634 tiene a sus espaldas una extraordinaria trayectoria en la que confluye el éxito con la desgracia, la fama con la condena. Lope goza, por un lado, del privilegio de ser un mito canonizado en vida, y por otro, se ve apremiado por numerosos desencantos que vierte en una expresión estética que oscila entre lo realista y lo distorsionado. Sus relaciones con el todo poderoso valido del rey, el Conde Duque de Olivares, son poco armónicas, y su situación anímica fluctúa entre la necesidad de reconocimiento literario y el deseo de evadirse de la Corte. En «Las bizarrías de Belisa» la ciudad de Madrid invade el texto como un marco tan hermoso de día como inhóspito de noche, bullicioso e impredecible, incita una serie de conductas agresivas, desde la inauguración de nuevas respuestas a la violencia simbólica que impone el trazado de calles y edificios. La comedia establece una compleja relación entre comportamiento humano y entorno arquitectónico, muy interesante para el lector moderno.