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Sinopsis
Las nanas o las canciones de cuna son, quizás, la manifestación más antigua del cariño de una madre hacia su hijo. Desde la noche de los tiempos, las madres han acunado y mecido a sus pequeños y les han susurrado palabras de consuelo para evitarles miedos o dolores, para invocar el sueño o para hacerles compañía.
En Caballitos de sal, Anabel Sáiz Ripoll recoge algunas Canciones de Cuna o Nanas que ha dedicado a los niños y niñas que le rodean. Son canciones breves, en las que el ritmo es lo más importante y que recogen temas recurrentes: el mar, la ausencia, la falta de sueño, las estrellas y, por supuesto, los caballitos de mar, que le dan nombre.