Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Mariano Fortuny (1838-1874) fue el artista español del siglo XIX que tuvo una mayor proyección internacional. Sus pinturas al óleo, fundamento de su fama, tuvieron gran influencia en España, Italia y Francia. Fue el gran renovador en su tiempo de la acuarela, a la que aportó proximidad al natural, claridad de tonos y una ejecución de calidad extraordinaria. Como dibujante a pluma y a lápiz la asiduidad de su práctica le llevó a conseguir una precisión única. Su trabajo como acuafortista transformó el cultivo de esa técnica y le permitió dar cauce a su vena más expresiva. Además, su dedicación al coleccionismo de antigüedades, integradas en su atelier junto con sus propias obras, influyó en su labor creadora.
La mayor novedad de la obra de Fortuny deriva de sus estudios del natural, en óleos y acuarelas, que revelan su capacidad para la captación muy viva del ambiente con atención al color de las sombras, pero también resulta singular su asimilación de la estética japonesa. Esa pluralidad de orientaciones, la brillantez de su desempeño en todas las técnicas que cultivó y su original personalidad hacen que su contribución al arte de su tiempo tenga un gran relieve. Todos estos aspectos se estudian en este catálogo en el que el Área de Pintura del siglo XIX del Prado ha trabajado en los últimos años y que aporta análisis exhaustivos de las 169 obras de Fortuny o relacionadas con él presentes en la muestra, 67 de las cuales no habían sido nunca expuestas fuera de sus colecciones de procedencia, incluidas varias obras de su atelier. Estos estudios se basan además en un rico acervo de documentos, entre ellos numerosas cartas del pintor o de su entorno, que permiten una comprensión profunda y nueva de la personalidad de Fortuny.