Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Aunque ya casi nadie duda de que la biología sexual humana es tan distintiva de nuestra especie como la postura bípeda o el cerebro voluminoso, desde una perspectiva no antropocéntrica la sexualidad humana se revela como un auténtico rompecabezas evolutivo. Para el biólogo, las singularidades anatómicas, fisiológicas y comportamentales de nuestra sexualidad constituyen un fenómeno sin parangón en el resto del reino animal que suscita muchos interrogantes: ¿por qué es tan manifiesta la diferencia entre las anatomías masculina y femenina?, ¿por qué se ha emancipado nuestra actividad sexual del ciclo menstrual?, ¿por qué las mujeres experimentan orgasmos comparables a los masculinos?, ¿cómo y por qué han evolucionado nuestros criterios de belleza?, ¿es la homosexualidad innata o adquirida?, ¿es natural la agresión sexual o constituye una perversión cultural?