Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Oscar Wilde fue uno de los maestros indiscutibles de la literatura universal. Su única novela, El retrato de Dorian Gray, se convirtió en todo un manifiesto del Decadentismo, movimiento que pretendía liberar la literatura y el arte de las convenciones de la moral burguesa. Fue su producción dramática, compuesta por brillantes comedias de crítica social, la que nos dejó mayores muestras de su fascinante filosofía de vida. Figura irreverente para su época y clase social, fue amado y denostado a partes iguales por sus contemporáneos, aunque los más selectos anfitriones de las clases acomodadas siempre deseaban tenerlo en sus reuniones.
Bajo la apariencia de una de sus deliciosas comedias, estas conversaciones nos brindan la oportunidad de conocer al Wilde más auténtico; son las interesantes charlas que mantuvo con artistas de su época, como Whitman o Whistler, y con la flor y nata de la clase alta victoriana. A través de su propia voz sabremos lo que este lúcido escéptico opinaba sobre la política, el arte, la guerra o el clero, regalándonos reflexiones atemporales que, como su obra literaria, evidencian la dificultad de adecuar nuestras vidas a las exigencias de la sociedad.