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Sinopsis
Asomada en el centro del valle surcado por los ríos Júcar y Huécar. Es habitural decir que en Cuenca no importan tanto los monumentos, como el propio conjunto. Esta afirmación es cierta y por ello ha recibido la denominación de ciudad-paisaje. Conocida por su solemne y espléndida Semana Santa, cualquier momento es bueno para la visita a esta localidad de innumerables encantos que está declarada por la UNESCO, Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Lo más famoso son sus Casas Colgadas, edificios góticos del siglo XIV que se inclinan peligrosamente a la ribera del Huécar. El otro punto clave para la visita es la Plaza Mayor, preciosa y de forma irregular. El recinto acoge el Ayuntamiento (siglo XVIII) , el convento de Petras (siglo XVI) y la original ctedral de estilo gótico normando. Varias ermitas y otras iglesias como la de San Miguel, San Pedro, la Merced o el convento de San Pablo ( del siglo XVI y convertido en Parador de Turismo), nos servirán para llevarnos el mejor recuerdo de esta capital manchega.