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Sinopsis
Eau Sauvage se presenta bajo la forma de un «diálogo» con cierto toque humorístico para convertirse, poco a poco, en un monólogo casi dramático. Un padre invasor, preocupado hasta la angustia por la felicidad de su hija, alterna los excesos de atención con los reproches, de una manera tan torpe como, finalmente, conmovedora. Mréjen demuestra de nuevo su apabullante virtuosismo para captar los clichés del lenguaje familiar, sus ritmos y sus matices de tono; y una soberbia capacidad para sacar punta a los detalles de la vida diaria. Baña la novela, además, un desapego tan sólo aparente, bajo el cual se adivina la emoción, que es apenas, sin embargo, un rastro sutil: como ese perfume que da título al libro que nos hace pensar también en nuestro propio padre y en la colonia que usaba. Escrito en estado de gracia, trata con aparente ligereza, con ese humor tan suyo, el gran tema que se adivina bajo todas las novelas de Mréjen: la dificultad del diálogo.