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Sinopsis
En 1933, cuando era primer ministro de la República española, Manuel Azaña declaró al periodista norteamericano John Gunther: «Soy un intelectual, un liberal y un burgués». Su valentía al declararse intelectual ante sus adversarios políticos, generalmente poco sensibles al hecho cultural, no entraña excesivo mérito, porque siempre se distinguió públicamente como crítico literario y escritor. Escribió desde muy joven y desde siempre su estilo se caracterizó por lo satírico e irónico. Este cuarto tomó que cierra la antología de textos de Azaña coordinada por José Esteban, indaga en sus creaciones literarias y periodísticas, imprescindibles para comprender su ideario político, que se forjó entre libros y conversaciones intelectuales, que en muchos casos tuvieron como escenario el Ateneo de Madrid, institución que presidió y a la que se sintió siempre muy ligado. Aunque la verdadera vocación de Azaña fue la política, Juan Marichal dejó bien claro que «la literatura fue, en Azaña, el medio de hacerse a sí mismo pensando en las necesidades de España».