Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El nuevo poemario de Blon versiona en formato poema los mitos clásicos más populares y nos recuerda que siguen siendo metáforas certeras de nuestros instintos, nuestras crueldades y nuestros anhelos.
Sinopsis
El cincel del tiempo ha ido modelando el mundo desde sus inicios, pero el ser humano sigue siendo dueño de las mismas debilidades, esclavo de los mismos miedos y verdugo de las mismas víctimas. Como el de Sísifo, su castigo es repetir una y otra vez idéntico destino sin aprender ni una sola lección de sus errores.
A lo largo de este tercer poemario, Blon relata en formato poema algunos de los mitos más populares de la antigüedad, historias con las que los clásicos explicaban el origen del mundo y las desgracias de la humanidad y que, aún hoy, siguen siendo metáforas certeras de nuestros instintos más primarios, nuestras crueldades y nuestros anhelos.