Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Un proceso sin precedentes para el autodescubrimiento.
Una poderosa obra de sabiduría espiritual.
Dado que un gran número de personas no acierta a definir cuál es su objetivo en la vida, y que esta inquietud espiritual genera una multitud de malestares y suele derivar en depresión, ansiedad, fatiga y, por último, en dolencias físicas, este libro presente un entretenido e ingenioso proceso que permite a la gente descifrar su contrato, único e intransferible, mediante el uso de una nueva teoría de los arquetipos basada en la obra de Platón, Jung, y diversos pensadores contemporáneos.
Este libro constituye una brillante combinación de psicología y revelación espiritual. Con sus anécdotas y estilo característicos, Caroline Myss explica cómo identificar nuestras energías personales y utilizarlas para realizar nuestro potencial máximo, que, en realidad, es nuestro potencial divino.