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Sinopsis
En estos años de madurez, Virginia logra afianzar su voz de escritora. La muerte de dos de sus grandes amigos y la certeza del paso del tiempo imprimen un sentimiento nostálgico que aparecerá recogido en su novela Los años, publicada en 1937. La certeza de su misión como escritora: «cuando no trabajo, la vida se convierte de repente en algo escaso, mediocre», sirve de impulso a su vitalidad.
Como dijo su sobrina, Virginia fue esencialmente una mujer feliz «que tenía un don para disfrutar y expresar la alegría de la vida».
Pese a sucumbir en ocasiones a lo que Pascal Bruckner llamaba «la melancolía del crepúsculo», en parte por la cercanía de la muerte, Virginia Woolf se mantuvo fiel a su espíritu alegre y vivió un periodo de armonía y paz junto a su marido Leonard.
Y todavía más, porque tuvo tiempo para escribir, editar, viajar y saborear la amistad.