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Sinopsis
Un par de horas después del nacimiento, la matrona que había estado presente en el parto me pidió que bajara al nido. Allí me esperaba una doctora junto al bebé, acostadito en una urna. El gesto sombrío de su cara no auguraba nada bueno. Me preguntó en qué hospital habían atendido a la madre durante el embarazo y si ya sabíamos algo.
¿Algo de qué?
La doctora citó unas palabras para mí incomprensibles.
Trisomía del 21.
¿Qué significa eso?
Síndrome de Down.
Ya.
Pero no estamos seguros. Solo tenemos sospechas.
Sospechas, pensé. Una palabra cortés para ocultar que están completamente seguros.
Después de tantos años haciendo malabarismos vitales sobre la cuerda floja, después de luchar contra fantasmas (unos imaginarios y otros demasiado reales), había llegado la hora de caer por enésima vez sobre el duro pavimento.
Un hombre frente a otra vida. Un hombre que sólo sabe escribir para salvarse.