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Sinopsis
Todavía debo conservar partículas tuyas en mí, en mi aliento, en mi sudor, en la orina, pequeñas muescas tuyas en mi piel, rozaduras de tus uñas, como las que debieron de dejar nuestros cuerpos antaño en la roca de las canteras, las que miro ahora y que también brillan por ti, Val, mi vida. Parte de ese blanco es tuyo y mío . Allá donde estés, en tu limbo blanco albur, habrá una parte todavía de ti que supure mármol, piedra que respira todavía de mi semen y nuestro sudor. Queda algo de aquello en nosotros, quedan fibras del suelo en que nos sentamos para hacer el amor, hay rescoldos del abrazo al acabar, un rastro de saliva habrá quedado en nuestro cuerpo; nunca lo he olvidado, Val, alguna veta de tu sonrisa ilumina todavía mis ojos y mis días..