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Sinopsis
«De una larga lista de camas demasiado estrambóticas, ingeniosas y abstractas elegí diez, empecé a escribir y ya no pude parar», cuenta en su diario Sylvia Plath. «La mayoría son Camas para dormir o descansar, pero las mejores Camas sirven también para disfrutar». En este maravilloso poema Sylvia Plath nos ofrece un amplísimo catálogo de camas cuyos usos trascienden lo convencional: camas-submarino, con propulsores o dispensadores de aperitivos, catres de bolsillo que han de regarse para que adopten el tamaño apropiado o que descansan sobre el lomo de, nada menos, un elefante. Un inventario que emplea la imaginación del niño para convertir los escenarios más inverosímiles en juegos oníricos y en divertidos paisajes que recorrer sobre la espuma de un colchón.