Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
El Paraíso perdido, la célebre obra maestra de John Milton, es uno de los principales poemas épicos de la literatura universal, en la línea de las dos grandes epopeyas homéricas o la Divina Comedia. Su autor, John Milton (1608-1674), acaso el último de los grandes poetas barrocos ingleses, compuso un largo poema narrativo en doce cantos o libros (los mismos que tenía la Eneida) cuando ya se había quedado ciego, lo que lo emparentaba todavía más con Homero.
Como es bien sabido, la obra pone en juego la historia paralela de una doble caída, la de Satán (a quien la ira divina precipitará a los abismos más alejados del Cielo, a las dolientes profundidades sobre las que el ángel caído reinará por toda la eternidad, herido en su orgullo y tramando una venganza sin fin) y la de Adán y Eva (que se verán expulsados del Paraíso terrenal y arrojados a la mortalidad, a un mundo habitado ya por la ruina, la finitud y el pecado). Así, el ángel rebelde provoca la perdición de la nueva criatura (que habrá de llevar siempre en sí esa doble naturaleza, angélica e infernal) y abre un nuevo tablero de juego para su eterna disputa con Dios.
La adaptación que realiza Pablo Auladell es impresionante en todos los sentidos: tanto por el pulso narrativo que demuestra al verter en viñetas el largo poema de Milton, como en el apartado puramente gráfico (que sabe articular lo evocador, lo grácil, lo grotesco, todos los tonos celestes e infernales de la obra). Auladell sabe honorar el acierto de Milton a la hora de presentar a un Satán que, aunque caído y maldito, en su orgullo y en su rebeldía, no ha perdido la dignidad.