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Sinopsis
Corre el año 1555 y el emperador Carlos V, con apenas 55 años, es un viejo cansado de tanta lucha. Tras abdicar de sus tronos, desembarca en España para retirarse en el apartado monasterio extremeño de Yuste. Junto a él viajan sus relojes, pero ante la poca vida que siente que le queda piede a su relojero de cámara, el matemático Juanelo Turriano, que le fabrique un autómata que luche por él, contra la muerte, cada minuto que le queda de vida. En su retiro monástico va a tener que renunciar a su ideario erasmista y también tendrá que enfentarse al vino frente a la cerveza que él adora y los frailes detestan, a la campana frente al reloj que a los monjes parece obra del demonio, y en fin, acompañado de sus mastines y su guacamayo, intimará con un jovencísimo Jeromín, que acabaría siendo Don Juan de Austria. Pero el tiempo pasa y reloj del autómata, en un asombroso pasaje final, será derrotado por la muerte. El relojero de Yuste no es una novela histórica más. El lírismo, la potencia del lenguaje y su capacidad simbólica hacen que la literatura de creación, tan desaparecida, vuelva a brillar en este género y sea la causa de que se le haya concedido el Premio de novela Ciudad de Salamanca 2015 por unanimidad.