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Sinopsis
Pocas actividades vinculadas al poder se hallan tan sometidas a controversia como la energía nuclear. Este libro brinda datos contrastados sobre uno de los programas de investigación más ambiciosos de cuantos se han realizado en España. En 1948, con un país recobrándose aún de la Guerra Civil, un grupo de científicos sentaron las bases de la investigación nuclear y lucharon para lograr una energía que ofrecía enormes ventajas al desarrollo económico, tecnológico e independencia de España. Pero el camino estaba lleno de intrigas. A principios de los sesenta, el presidente de la República Francesa, De Gaulle, y Francisco Franco, firmaron un acuerdo para que España fabricara armamento nuclear, autorizando París la instalación en nuestro país de un reactor no sometido al control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ni al de la Agencia de Energía Atómica de Estados Unidos. El acuerdo hizo que saltaran las alarmas en Washington. Los presidentes Nixon, Ford, Carter y Reagan emprendieron una brutal campaña contra el programa nuclear español. La cólera de Washington llegó hasta el 23 de febrero de 1981, cuando altos cargos del Ministerio de Industria aceptaron las restricciones impuestas por el OIEA y el desmantelamiento de los centros de investigación. Al día siguiente los guardias de Tejero abandonan el Congreso y se entregan a las autoridades. El golpe de Estado había concluido, el programa nuclear desarrollado por la JEN y el Alto Estado Mayor también. Sabemos cómo terminó; pero, ¿cuándo y cómo empezó? La historia de la energía nuclear española comenzó en 1948, cuando un grupo de científicos se reunieron en una instalación secreta de la Marina para constituir un organismo centrado en tres actividades: estudio de la explotación de yacimientos uraníferos, desarrollo de técnicas relacionadas con la extracción de uranio y formación de personal. Se creó una empresa tapadera mediante una orden reservada que amplió sus actividades en las áreas de Geología, Minería, Física y Metalurgia. A finales de los setenta estaba previsto realizar la primera prueba nuclear en un paraje del Sahara Occidental Español, pero una oportuna Marcha Verde lo impidió. Lo que vino después es una historia silenciada que debe ser conocida.