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Sinopsis
Por fin un libro que nos anima a decir: «Basta ya. Soy un padre imperfecto y estoy orgulloso de serlo».
Ser padres hoy se ha convertido en una realidad tan compleja que parece difícil dar con las claves para conseguir su buen desarrollo. Pero, antes de perder el norte, empecemos por el principio: no hay familias perfectas, y este libro ha nacido para reivindicar esa imperfección.
En una época de confusión y sobreprotección, Gregorio Luri se atreve a decir alto y claro lo que cada vez parece menos evidente: que un hijo tiene derecho a saber que ser disciplinado es más importante que ser meramente inteligente; que más grave que equivocarse, es no aprender nada de la equivocación; que se puede disponer de mucha información y ser un ignorante; que está muy bien de vez en cuando oír la palabra «no»; y que es imprescindible aprender las cuatro palabras mágicas: «por favor», «gracias », «perdón» y «confío».
Este libro va dirigido a quienes tienen asumido -o a quienes les iría bien asumir- que son «moderadamente imperfectos». Gregorio Luri quiere animar a estos padres no sólo a no arrepentirse de ser lo que son, sino a que cada mañana, en el desayuno, se presenten ante sus hijos con la cara descubierta como unos padres orgullosamente imperfectos. Un breve manifiesto para encontrar las claves del éxito de esas familias «defectuosas » que toca defender.