Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Manifiesto contra la tiranía digital, sus funestas consecuencias en nuestras mentes y sus intereses espurios. ¿El libro de papel está condenado a su desaparición? En absoluto. Casati, que a pesar de lo que pudiera parecer no es un ludita o un analfabeto digital, sino el director del centro de referencia europea en invest igación, nos invita a plantar a las grandes corporaciones empeñadas en introducir su tecnología para crear posibilidades de negocio, no sólo para vender sus lectores, tabletas y teléfonos, sino principalmente para introducirse de la manera más directa posible en la mente del lector y crearles nuevas necesidades. El autor reivindica el libro clásico de papel como objeto que pone una frontera clara a las intrusiones constantes, a las posibilidades de distracción, y reivindica la necesidad de una lectura atenta para llegar a una comprensión necesaria de los textos. Es, en definitiva, un alegato contra un colonialismo digital que amenaza ya con apoderarse incluso de la educación.