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Sinopsis
«¿Qué ocurre cuando morimos? ¿Se apaga la luz y eso es todo: una siesta interminable? ¿O tal vez sigue insistiendo una parte de nuestro ser, un cachito de nuestra mismidad? ¿Y como será eso? ¿Qué haremos lo largo del día? ¿Hay allá arriba un enchufe para mi ordenador?». Decidida a averiguarlo, la «pluma científica más burlona de Estados Unidos» traslada su infatigable curiosidad a una vaporosa región habitada por los cazadores de espectros: sesudos investigadores, bribones contumaces, ingenieros o espiritistas que tratan de probar (o impugnar) la realidad de la vida eterna. Su periplo se inicia en la India rural con un exótico estudioso de la reencarnación y concluye en un quirófano de Virginia bajo cuyo techo se han instalado pintorescos dispositivos para detectar sucesos extracorpóreos vecinos de la muerte. Por el camino se matricula en una escuela de médiums, sufre una visita paranormal inducida con medios electromagnéticos en una universidad de Ontario y conversa con un eminente profesor que planea medir la conciencia de una sanguijuela. Durante sus incursiones históricas exhuma a unos cuantos filósofos que hurgaban en cadáveres humanos y cabezas bovinas buscando almas en pena, desempolva un viejo pleito norteamericano donde se establecía la preeminencia legal de los fantasmas y desembala la única muestra de material ectoplasmático conservada en la Universidad de Cambridge. Al igual que Ulises en su día, Mary Roach ha viajado al averno y ha vuelto para contarnos alegremente cómo andan las cosas por esos pagos.