Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
¿Cuál era el campo de concentración más grande que estuvo en funcionamiento en Europa entre 1939 y 1945? No era Auschwitz. ¿Qué país perdió la mayor cantidad de civiles entre 1939 y 1945? No fueron Francia ni Alemania.
Con una mirada totalmente diferente sobre una parte de la historia de Europa que todos creemos conocer, Norman Davies contesta a éstas y muchas más preguntas.
El estilo convincente, los argumentos sólidos y las conclusiones devastadoras de Davies nos obligan a revisar aquellos seis años y a desechar la visión habitual de la victoria del aliado bueno sobre el nazi malo. El final de la segunda guerra mundial supuso la derrota de un Estado totalitario la Alemania nazi por otro la Unión Soviética, cuyos crímenes fueron igual de trágicos, aunque quizá menos diabólicos; y para gran parte del continente, «la liberación» no fue más que el inicio de cincuenta largos años de opresión totalitaria.