Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
El objetivo de esta obra es hacer justicia a la España republicana, sistemáticamente denigrada en las versiones de la Guerra Civil ofrecidas por los vencedores. El alzamiento de julio del 36 no se ejecutó, como proclaman los falaces historiadores franquistas, para salir al paso de una supuesta amenaza comunista. Fue una rebelión protagonizada por los generales africanistas y las fuerzas reaccionarias para impedir la culminación de la labor reformista emprendida por la República, que atentaba contra sus privilegios.
Carlos Blanco Escolá muestra cómo los rebeldes no contaron con el apoyo de la gran masa ciudadana y cómo, si obtuvieron el triunfo en la contienda, fue gracias al ejército mercenario africano y a la ayuda recibida de las potencias fascistas, que el legítimo gobierno de la República, abandonado por las potencias democráticas, nunca llegaría a ver compensada.