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Sinopsis
Andrés Tránsito Corrales despertó con sobresalto en mitad de la noche. Estaba tirado en el suelo y tuvo que hacer un esfuerzo enorme para ponerse en pie. La luna y las estrellas fueron testigos de sus pasos primerizos, preludio de lo que iba a ser un torbellino irrefrenable. Su mundo se desplomó devorad por la cáscara vacía de un caracol, sin que nadie pudiera sospechar que aquel cuerno de nácar, cada vez más angosto, más lóbrego y retorcido, le arrastraba directamente al corazón y a otros infiernos aun más profundos. Fuera del laberinto, alguien arañó su nombre; luego estalló un lágrima. A continuación, el frío. Después un silenciio. Y no hubo más.