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Sinopsis
Desde 1883 el regimiento de infantería Castilla nº 16 tiene fijada su plaza de guarnición en la ciudad de Badajoz. Durante los años siguientes no hubo novedad en cuanto a su encuadramiento; hasta que una disposición del Ministro de la Guerra, general López Domínguez, estableció que en cada distrito de las Capitanías Generales tenía que organizarse un cuerpo de ejército, con su propia logística y movilización.
Con la reforma, se buscaba, siguiendo criterios técnicos en lugar de territoriales o históricos, la simplificación de la estructura orgánica del Ejército y ahorrar en el presupuesto; pero en lugar de invertirlo en la mejora de acuartelamientos, modernización de armamento y material y en el perfeccionamiento de las fortificaciones, se empleó en otros menesteres ajenos a la defensa nacional.
En Cuba, donde se había librado una larga guerra, nada menos que la conocida Guerra de los Diez Años (1868-1878), la precaria paz que existía hubiera requerido un fuerte componente militar que disuadiera de nuevas aventuras a los independentistas, pero precisamente la reducción fue tal que las plantillas quedaron a medio cubrir, la instrucción siguió siendo rutinaria y anticuada, y las defensas, si se exceptúan las de la capital, La Habana, obsoletas y no digamos del triste abandono de la antigua trocha de Júcaro a Morón, que de haber estado en condiciones de operatividad hubiera dificultado, cuando no impedido, el paso de la columna invasora hacia Occidente por parte de la insurrección, extremo este que ma´s adelante se tratará con más profundidad.