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Sinopsis
Una nueva novela de Luis Landero siempre es una fiesta. Pero, con El guitarrista, los lectores percibirán una inflexión, tal vez un nuevo registro, en su trayectoria literaria, lo cual, ya de por sí, reserva alguna grata sorpresa añadida a la calidad y gratificación que nos tiene acostumbrados: la coincidencia inicial que a cerca de un modo asombroso el autor al narrador que cuenta, desde la madurez, sus años de formación. Emilio, un adolescente obligado a trabajar por las mañanas como aprendiz de mecánico en un lóbrego taller y a estudiar por las tardes en una academia, vive esos años decisivos como un laberinto de instantes, de promesas en sus encuentros con los tipos a los que su madre alquila una habitación. Pero, un día, aparece su primo Raimundo, que vuelve de París y le cuenta sus éxitos como guitarrista de flamenco. Emilio se deja arrastrar por el señuelo de la vida bohemia que éste le promete y aprende a tocar la guitarra con la esperanza, que no la convicción, de escapar del taller y las clases. Lo que no puede imaginar es que su recién adquirida pericia con las cuerdas le pondrá en contacto con la mujer de su patrón, Adriana, una joven despampanante y extrañamente fatal, a quien se ve obligado a dar clases de guitarra. Emilio intuye que su vida puede caer en una trampa aún más traicionera que la del propio taller, pero gustoso acepta por una vez el reto que se le presenta.