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Sinopsis
La historia de Europa entre 1648 y 1688, que a menudo se relaciona principalmente con Luis XIV o con la época del Barroco, sufrió, en realidad, más movimientos enfrentados que casi ninguna otra época. Los disturbios, conflictos y revueltas de las fronteras remotas, Polonia, Ucrania, los Cárpatos y el Sureste de Europa, tuvieron repercusiones en Viena, París, Estocolmo y La Haya, que afectaron a las relaciones diplomáticas en todo el mundo. Sin embargo, Europa fue también la tierra de Newton y Huygens, Velázquez y Rembrandt, Pascal y Bossuet, Bernini y Racine. La diversidad y vitalidad de la ciencia y cultura europeas fueron aun más sorprendentes si tenemos en cuenta los incesantes estragos de la guerra, la peste y el hambre.
El periodo, que comienza con un momento de tregua tras la guerra de los Treinta Años y finaliza con otro periodo de calma que precedió a las guerras de sucesión en Inglaterra y España, presenció el florecimiento de la prosperidad holandesa, la ascensión de Moscovia y el lento declive de Turquía y Venecia. Casi en todas partes, la institución de la monarquía, que al principio se tambaleaba, estuvo en 1688 más fuertemente afianzada que nunca.