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Sinopsis
Durante años hemos oído hablar con frecuencia de una casa del futuro que lo haría todo por nosotros: la preparación de la comida, subida y bajada de persianas, el encendido en los momentos conveniente de las luces o el cuidado de la casa. A este idílico lugar se le ha denominado de muy distintas formas: el hogar inteligente, la vivienda domótica, la casa conectada... En todas estas acepciones, se percibía un componente tecnológico que, o bien sugería un futuro más o menos lejano o bien un presente inalcanzable por su precio.
Iniciativas de los últimos años están consagrando el término Hogar Digital como el lugar donde la materialización de un conjunto de servicios responde a unas necesidades que las personas tienen hoy día en nuestra sociedad, la denominada Sociedad de la Información, y basándose en tecnologías probadas y disponibles. Estos servicios engloban los citados anteriormente y van mucho más allá, entrando en conceptos mucho más sutiles, como la teleasistencia, el ocio o las comunicaciones. Pero la diferencia fundamental es que es un concepto de presente, de hoy mismo y que es accesible para, prácticamente, todas las economías.