Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Derrocar a un rey es un trabajo sangriento. El mariscal de campo Tamas ha liderado el golpe de estado en Adro. La aristocracia decadente y corrupta ha terminado en la guillotina y el pueblo hambriento ahora tiene comida. Pero además ha provocado la guerra en las Nueve Naciones, ataques internos de los realistas y lucha encarnizada por el dinero y el poder entre quienes suponía eran sus aliados: la Iglesia, los trabajadores y los mercenarios.
Tamas apenas soporta la presión y necesita a Adamat, un inspector de policía retirado, cuya lealtad está en juego, y a los Magos de la Pólvora que le quedan, entre ellos Taniel, su indómito y brillante hijo.
Hay quienes presagian muerte y destrucción. Las leyendas están en boca del pueblo pero ningún hombre instruido cree en ese tipo de cosas... aunque sería mejor que lo hicieran.Los dioses también están implicados