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Sinopsis
En este nuevo libro Ana Maria Fernández centra sus reflexiones en el ámbito de su trabajo clínico psicoanalista. Se pregunta cómo sostener la hospitalidad del dispositivo frente a modos de subjetivación contemporáneos que suelen no presentar el hábito o el interés por la interrogación de sí. Respuestas como "todo bien, nada, no se acompañadas de rasgos de apatía, cuerpos abatidos, aburrimiento, aislamiento relacional, tristezas se vuelven cada vez más frecuentes en estilos de vida juveniles. Los llama jóvenes de vidas grises. Estas subjetivaciones en plusconformidad operan en tensión con modalidades existenciales que accionan abusos y excesos de diverso orden-violencias, crueldades, trastornos alimentarios, adicciones-configurando situaciones de desborde de lo pulsional saido de cauce. Ambas modalidades aparentemente tan opuestas presentan en común diversas extranjerías de la experiencia de sí, condición de posibilidad para que la pregunta por el deseo advenga.
A lo largo de sus páginas, este ensayo abre interrogación al dispositivo psicoanalítico clásico para plantear la necesidad de sostener la singularidad no sólo de la escucha, sino también del diseño de las modalidades de abordaje en el caso por caso. Asimismo, propone ampliar la elucidación de las dimensiones transferenciales a la indagación de la implicación de los/las analistas en dicha singularidad. Pero esta hospitalidad tendría corto alcance si no se acompaña de otras dos dimensiones a transitar, éstas en el plano del trabajo de pensamiento, en la construcción de conceptos. Por un lado, la necesidad de abrir reflexión a las condiciones sociohistóricas que estarían operando en las modalidades de estas insistencias clínicas. Por el otro, y en función de todo lo anterior, la disposición para la tarea de reelaboración de algunas conceptualizaciones psicoanalíticas.
Revisa la tradición de supervisión o control de casos y propone un modo de trabajo dirigido a la formación de jóvenes colegas: los grupos de clínica de la clínica. En su criterio, se trata de innovar en aquellas regiones donde las ritualizaciones clínico-conceptuales van disminuyendo la potencia subvertidora de tan noble instrumento.
Propone configurar nuevos garantes que alejen la experiencia psicoanalítica de las estrategias biopoliticas actuales de normativización de los deseos.
¿Por qué jóvenes de vidas grises? En sus `propias palabras, "Gris tal vez sea la coloratura de la extensión de un pliegue. Pliegues de pliegues que forman furos, a veces feroces, puntos grises. Es mi anhelo que estas páginas colaboren, aunque sea mínimamente, a acompañar a aquellos senderos que tomen el difícil pero no imposible desafío de esbozar multiplicidades de intensos y variados coloridos existenciales que puedan dar lugar al júbilo y arrinconen las tristezas.