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Sinopsis
«Es una cosa extraña: ¿Debe Kierkegaard significar algo para nosotros, aunque no nos ofrece más que la exigencia de una sinceridad ilimitada y la rica intuición, enorme desde luego, de posibilidades humanas?
No hay comparación alguna entre él y los grandes que nos colman: Homero, los trágicos griegos, Dante, Shakespeare, Goethe; no hay comparación alguna entre él y Platón, a quien tanto amaba, ni con Kant, a quien respetaba. En Kierkegaard hay algo esencialmente diferente, algo tremendo, que no nos deja en paz en cuanto se ha comenzado a comprenderlo.
Tal vez todo aquel que no se abre a Kierkegaard, o que un buen día lo considera liquidado, permanece hoy pobre e inconsciente. No sabemos lo que es, pero en todo caso es la voz moderna que nos conduce a la suprema lucidez y nos hace sentir la máxima exigencia».
(Karl Jaspers