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Sinopsis
"La Cultura del Replicante Vol 2" (título homenaje a Blade Runner), forma parte de una trilogía de ensayos argumentativos y algunos escritos sobre la manipulación, la persuasión y la influencia de la religión y otras instituciones sociales.
Mientras que el Vol 1 "Los Replicantes de Dios" se centra en desmontar y profundizar en las bases ideológicas de la religión, el segundo libro nos induce a adentrarnos en una reflexión que, a pesar de versar sobre la misma temática, se desarrolla desde un nuevo punto de vista: el cinematográfico. Para alcanzar dicho objetivo se analizan y se exponen diez piezas clave del Séptimo Arte:
1. Häxan, la brujería a través de los tiempos (Benjamín Christensen, 1922 Dinamarca)
2. Ordet (Carl Theodor Dreyer, 1955 Dinamarca)
3. El séptimo sello (Película de Ingmar Bergman, 1956 Suecia)
4. Viridiana (Luis Buñuel, 1961 España-México)
5. El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Passolini, 1964 coproducción italo-francesa)
6. Rosemary´s Baby (Película de Roman Polanski, 1968 EEUU)
7. El Exorcista (William Friedkin, 1973 EEUU)
8. La Profecía (Richard Donner, 1976 EEUU)
9. Sacrificio (Andréi Tarkovski, 1986 coproducción anglo-franco-sueca)
10. La Pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004 EEUU)
Desde el argumento de cada una de las películas nos sumergimos en diferentes aspectos relevantes acerca de las consecuencias y los efectos de las creencias espirituales en los seres humanos.
La obra presenta, desde un punto de vista muy personal, una crítica acerca del valor de la religión como institución que ejerce un notable poder y una gran influencia en la sociedad.
A través del Séptimo Arte se ha podido representar el juego y el abuso de poder por parte de la religión, mostrándonos toda la amplitud de sus dominios, desde su influencia y capacidad de persuasión y manipulación, hasta la visión crítica de la necesidad de su existencia y las terribles consecuencias que puede provocar.
Una de las grandes proezas de la técnica de la proyección de imágenes, es que nos permite observar la vida en un continuo definido, pudiendo de este modo ser testigos de los sucesos que se representan sin sentirnos obligados a intervenir, de tal manera que adquirimos un nivel de conciencia especial, como resultado de la revelación de una realidad que, aunque existente en muchas ocasiones, se escapa a nuestra percepción. El impacto ocasionado desde el exterior hacia el interior converge así en una conjunción enriquecedora y gratificante a la vez.
El contenido audiovisual nos permite echar un vistazo a nuestra existencia, al hogar en el que habitamos en nuestro día a día manteniendo cerradas las puertas de algunas habitaciones que es conveniente airear.
Gracias a tan valiosa disciplina podemos poner en marcha nuestra capacidad de reflexión, indagando en emociones y sentimientos que tal vez no habíamos llegado a sentir o teníamos olvidados.
En su punto de partida cuenta con la descripción de diferentes mecanismos psicológicos que se constituyen como elementos clave para la comprensión del comportamiento humano. Pero no solo se trata de cuestionar la fuerte dependencia que puede llegar a desarrollarse hacia diferentes movimientos ideológicos, sino que además se ponen en entredicho otros tipos de conductas que conviven con nosotros en nuestro día a día, como elementos aceptables e incluso altamente valorados dentro del marco sociocultural de referencia. Todo ello a pesar de las consecuencias negativas que puedan originarse a través de dichas prácticas.
El condicionamiento del ser humano es incuestionable, sometido ante la necesidad de sentirse seguro, busca respuestas que puedan aliviar su sentimiento de vulnerabilidad.
Como parte del grupo social asumimos ciertos códigos y valores para alcanzar un nivel aceptable de convivencia, pero no podemos olvidar que el aprendizaje y la reflexión son imprescindibles para poder adaptarnos y sobrevivir.
El ansia por conseguir el control y la seguridad, resurge como guía imprescindible para caminar en la dirección equivocada.
Por un lado, tendemos a agarrarnos a patrones y modelos de conducta que se vuelven obsoletos e inestables, perdiendo así nuestra flexibilidad adaptativa; y por otro lado eliminamos comportamientos que nos permiten realizarnos personalmente, suprimiendo un refuerzo positivo.
Si queremos orientarnos hacia el crecimiento, hemos de hallar el equilibrio que nos mantenga alejados de algunas amenazas.
Cuando llevamos a cabo una conducta de abuso y de manipulación extrema, corremos el riesgo de caer en arenas movedizas.
Este tipo de comportamientos han desencadenado una importante crisis de valores en el hombre.
Los sentimientos de indefensión y la frustración que acompañan al descontento, nos alejan bastante de la falsa promesa de bienestar.
Mantener la distancia con nuestra "zona saludable" pone en peligro nuestra integridad física y mental.
Ahora, más que nunca, la cantidad prima sobre la calidad, y lo aparente sobre lo real.
Parece ser que la imbecilidad está siendo sobrevalorada.
Los deseos del ser humano son fruto de la propaganda social. Son deseos que provocan una importante desazón, puesto que carecen de una base personal y voluntaria.
Pero a pesar de todo nos seguimos considerando seres buenos, razonables e inteligentes.
El ser humano evoluciona hacia un futuro indescifrable... en qué dirección todavía está por ver.
Lo que está claro es que seguimos en la misma línea de desarrollo y en la misma estupidez, con grandes avances y grandes carencias.
Las religiones y otros movimientos sociopolíticos se han establecido poderosamente, con la finalidad de "ayudarnos" a reducir el grado de malestar asociado a la incertidumbre y al desconocimiento.
El uso individual de las estrategias que poseemos para llevar a cabo la solución de nuestros problemas, y satisfacer nuestras inquietudes y motivaciones, puede ser bastante diferente.
Las religiones han pasado de la espiritualidad al materialismo, abandonando su inclinación original destinada al desarrollo interior de los individuos, para centrarse en caminar directamente hacia su destrucción.
"Hay algo extraordinario que no estamos preparados para comprender, y nuestras mentes limitadas han explotado hasta la saciedad. No me convencen las religiones. Creo en el desarrollo y la evolución del ser humano no en su castración"
En su tramo final, "La Cultura del Replicante" hace hincapié en la inmersión de la religión en el ámbito de la novela gráfica, que no solo pretende encontrar nuevas vías de comunicación, sino que además el Vaticano se ha empeñado en analizar las creencias espirituales de los superhéroes tradicionales, con el único objetivo de subrayar su credibilidad y solidez como institución dominante.
Una obra que, de una forma interesante y amena, invita al lector a reflexionar sobre su desarrollo personal y su dependencia fuertemente arraigada en esquemas sociales.