Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Este libro aborda la importancia de los retos en nuestras vidas, y cómo realizar lo que nos propongamos por más dificultades que entrañe. Luis Conde, fundador de Seeliger y Conde, nos cuenta algunos de los desafíos que se ha planteado en su vida y lo que ha aprendido con ellos, al tiempo que nos revela el secreto de su éxito: la fórmula del talento.
El último reto fue nada menos que dirigir una orquesta sinfónica sin poseer conocimientos de solfeo. Para ello eligió la Segunda Sinfonía de Gustav Mahler, «Resurrección», interpretada por la Orquestra Simf.nica del Vallès en el Palau de la Música Catalana. Y es que a base de mucha dedicación y pasión es posible llevar a buen puerto incluso un desafío tan complejo como ese, en cuya consecución el
autor, en su papel de director de orquesta, dio con la armonía necesaria hasta el punto de conseguir que orquesta y público fuesen uno.
Así como Mahler fue un mártir que se consumió en las llamas del esfuerzo, Luis Conde puso en ese reto todo el empeño para llevarlo a cabo. Un empeño que nos alienta a perseguir nuestros sueños.