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Sinopsis
La peor crisis desde el periodo de entreguerras golpeó la economía mundial en 2007. Sí, la globalización continúa, pero esta vez nos ha hecho más frágiles. Para Martin Wolf, la economía ortodoxa no fue capaz de prever la crisis, pero ésta ocurrió. Después siguieron el rescate del sistema bancario, la expansión monetaria sin precedentes y los enormes déficits fiscales que detuvieron la deriva hacia una nueva Gran Depresión, pero no lograron devolver a las economías desarrolladas su buena salud.
Los gobiernos continúan luchando contra las altas tasas de desempleo, el bajo crecimiento de la productividad, el apalancamiento y las crecientes dudas sobre la solvencia fiscal. En Europa la situación es aún más grave debido a las deficiencias estructurales sobre las que se cimenta la Unión y la incapacidad para coordinar una mejor integración.
Pero ¿por qué se desintegraron partes fundamentales del sistema financiero? ¿Sucedió por una debilidad inherente al propio sistema? ¿Se debió a errores políticos específicos, antes y durante la crisis? ¿Fueron más importantes los errores cometidos durante la gestión de la crisis o pesan más los anteriores a ella? Y la pregunta del millón: ¿Cómo evitar que vuelva a suceder? La respuesta a todas estas preguntas la encontrarás en La gran crisis: cambios y consecuencias.