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Sinopsis
Durante milenios, la humanidad ha desconfiado de la fuerza del deseo y ha intentado refrenarlo. La sociedad opulenta en que vivimos altera radicalmente esa tradición. Tiene que estimular constantemente los deseos para sobrevivir. Hasta ahora, la economía estaba dirigida por la demanda. Producía lo que era necesario. Ahora s e rige por la oferta: primero se produce y, después, utilizando los implacables medios de la publicidad, se crea en el público la necesidad de lo producido. Después de tantos siglos diciendo que el deseo esclaviza, ahora decimos que el deseo es la gran liberación. ¿No estaremos colaborando todos en una gigantesca estafa? Al investigar este asunto, nuestro detective descubre que carecemos de una teoría del deseo . ¿Qué es, de dónde procede, cuáles son sus determinismos, cómo se manipulan o se educan? A lo lejos resuena la suave voz del inevitable Spinoza: «La esencia del hombre es el deseo.»