Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Acostumbramos a pensar que el mundo físico ejerce poco o ningún impacto sobre la alegría que sentimos, y cada vez más expertos nos instan a encontrar el equilibrio y la calma en nuestro interior y a permanecer impasibles ante el mundo exterior. Pero ¿y si la vitalidad natural de nuestro entorno fuera, en realidad, la fuente de alegría más renovable y accesible de que disponemos?
En Las formas de la alegría, la diseñadora Ingrid Fetell Lee cuestiona la creencia de que la verdadera alegría solo puede proceder del interior y explora cómo espacios y objetos aparentemente mundanos y con los que interactuamos a diario ejercen un efecto tan inesperado como potente sobre nuestro estado de ánimo. A partir de investigaciones diversas en neurociencia y psicología, nos explica por qué algunos entornos nos ponen nerviosos o alientan la competitividad mientras que otros fomentan la alegría y la generosidad. Y, lo más importante, revela cómo podemos aprovechar el poder de nuestro entorno para vivir vidas más plenas.