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Sinopsis
La Monarquía y los emblemas políticos despliegan una función estabilizadora y conservadora de las instituciones y de la realidad social. Los reyes, las banderas, escudos, himnos, fiestas oficiales, premios y distinciones, y demás signos fundantes de la cultura, refuerzan el imaginario colectivo, dando coherencia interna a la actividad de los órganos de gobierno y ofreciendo a los ciudadanos una sensación consoladora de protección, armonía y continuidad.
Esta apreciación es cada vez más compartida por juristas y científicos sociales, que no dudan en resaltar el valor ordenador de los rituales y dramatizaciones en la vida política.
El presente ensayo se ocupa de los cuatro símbolos más importantes de la nación española, -el Rey, la Bandera, el Escudo y el Himno-, pero también de las fiestas oficiales, de las condecoraciones, honores y premios concedidos por las Administraciones públicas, -el llamado Derecho Premial-, así como del resto de las prácticas protocolarias y ceremonias de Estado, prestando igual atención a sus aspectos valorativos que a los puramente descriptivos o normativos.