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Sinopsis
Mijaíl Zóschenko representó, junto a escritores como Ilf y Petrov, una respuesta humorística en los tiempos más pavorosos del estalinismo. Como ellos, llegó a ser un narrador inmensamente popular. Leía en público sus cuentos, escritos en la estela de Chéjov y Gógol, y su auditorio se fue haciendo cada vez más amplio. Divers os testimonios recuerdan cómo aquel hombre de tez oscura, que leía con cara circunspecta sus breves narraciones, provocaba un coro de auténticas y sonoras carcajadas. En aquella época fue una eficaz válvula de escape para un público que al fin y al cabo podía reírse de sí mismo. Su capacidad para poner el dedo en los aspectos risibles humanos lo convierte en un escritor tan fascinante como intemporal