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Sinopsis
El microondas es un aparato que se encuentra presente en casi todas las cocinas, pero al que se le hace ascos, y la mayoría solo lo usa para calentar y para descongelar, sin obtener tampoco buenos resultados al realizar ambas operaciones.
Al descongelar, como no siempre se hace correctamente, los bordes del filete o del pescado no solo se calientan sino que empiezan a cocerse, y al calentar, muchos platos se resecan por no hacerlo bien. La pena es que la mayoría de los fabricantes pretenden que todo se cocine en ellos, así que hacéis una receta, os sale un bodrio y lo desecháis para siempre. Sin embargo, si se sabe usar, y aprender es muy fácil, es una ayuda fantástica en la cocina y, aunque no todo sale bien en el microondas, hay muchos platos que salen riquísimos, ahorrando un montón de tiempo, de cacharros y de energía.
Lo mismo que para cocinar en una placa de inducción nos hacen falta recipientes especiales que transmitan ese calor, para obtener buenos resultados en el microondas hace falta algún recipiente permeable a estas ondas pero que se pueda tapar bien, sin que sea hermético, naturalmente, pero que impida que se evaporen los 12 gramos de agua por minuto que, por cómo funcionan estas ondas, se evaporan siempre.
Tapando simplemente con un plato, con la tapadera de agujeros que nos suministran o sin nada, conseguimos resultados realmente malos que a nadie gustarán.