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Sinopsis
Para los europeos de finales del siglo XV tanto América como el Pacífico constituyen la cara oculta del planeta. Ambos configuran el Nuevo Mundo revelado en el siglo XVI. Si se puede decir que los españoles «inventaron» América, Juan Gil demuestra aquí que también «inventaron» el océano Pacífico al desvelar al resto de la humanidad, con la expedición magallánica de 1521, la magnitud casi hemisférica de este mar. En este espacio desprovisto de rutas e intercambios humanos que unieran sus riberas orientales y occidentales, los españoles los crearon para alcanzar y volver de la zona más rica del planeta en aquel entonces: el mar de China. Desde el punto de vista temporal, la obra de Juan Gil abarca el conjunto de la época moderna, desde el avistamiento en las alturas del Darién, del «mar del sur» por Vasco Núñez de Balboa el 25 de septiembre de 1513 hasta los albores de la Independencia americana. El estudio, gracias a ello, permite además percatarse, no sólo de la proyección de los mitos atlánticos europeos al Pacífico, sino de su persistencia plurisecular, hasta su progresiva disolución en el siglo XVIII en aras del progreso y de una atención más científica a los hechos. La especificidad de la trilogía Mitos y utopías del Descubrimiento, y de este volumen en concreto, es el acierto de Juan Gil en descodificar los signos simbólicos, religiosos y míticos de la mentalidad colectiva del momento, tal y como afloran en la documentación, revelándonos incluso la lectura mítica oficiosa detrás de un texto oficial. Muestra la plasticidad del mito, y su capacidad de aceptación tanto por parte de las élites cultas en su vertiente espiritual y hasta esotérica, como por parte de los grupos populares al asociarse a promesas de riquezas concretas: oro, plata, perlas, piedras preciosas? La demostración es clara: los mitos y las utopías fueron una expresión y un motor esencial de la curiosidad europea en los tiempos modernos, una forma de propaganda que federó las fuerzas y movilizó recursos tanto humanos como materiales.