Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Las ninfas no están muertas en los brazos de los dioses desaparecidos de la Grecia antigua. Han conseguido sobrevivir al olvido.. Se han quitado la túnica que les cubría de manera parcial sus curvas más que generosas y han abandonado en un parking de autopista el corazón de los pintores que les han dado la inmortalidad. Han entrado en el 2010 a base de puñetazos. Son los maniquíes de lencería fina con pechos llenos de colores, son esas actrices made in Hollywood que encarnan nuestras descargas compulsivas, esas cantantes de pop vox populi que se menean como strippers rodeadas de lonchas de jamón, o bien como esas playmates plastificadas que inundan páginas web y otros fórums proclives a la testosterona. Pero detrás de esas imágenes salidas de los mass media o del último catálogo de Taschen, se pasean por nuestras ciudades las últimas representantes de la ninfa original: la ninfa moderna. Más sensible, se esconde de la luz de los proyectores, buscando su personalidad, su yo escondido.