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Sinopsis
El mejor día de mi vida, el día de mi renacimiento, por decirlo así, fue cuando encontré que no tenía cabeza. Lo que ocurrió de hecho fue algo absurdamente simple y poco espectacular: por un momento dejé de pensar. La razón y la imaginación y todo el parloteo mental se extinguieron. Existía sólo el Ahora, aquel momento presente y lo que se daba claramente en él. Ver era suficiente. Y lo que encontré eran unas perneras caquis que terminaban hacia abajo en un par de zapatos marrones, unas mangas caquis que terminaban a ambos lados en un par de manos rosadas, y una pechera caqui que terminaba hacia arriba en ¡absolutamente nada! Ciertamente no en una cabeza.
No me llevó ningún tiempo notar que esta nada, que este hueco donde debía haber habido una cabeza, no era un vacío ordinario, no era una mera nada. Era una vasta vacuidad ampliamente llena, una nada que enc ontraba sitio para todo, para la hierba, los árboles, las distantes colinas umbrías, y allá a lo lejos, por encima de ellas, las cumbres nevadas como una hilera de nubes anguladas cabalgando en el cielo azul. Había perdido una cabeza y ganado mundo