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Sinopsis
Sonnica la cortesana de Vicente Blasco Ibáñez:
Realización de un deseo de adolescencia y complemento de las novelas que tienen por escenario la tierra valenciana, SÓNNICA LA CORTESANA (1901) recrea la heroica resistencia de la ciudad de Sagunto ante las tropas de Aníbal. Inserta en la tradición narrativa que toma como escenarios episodios históricos de épocas pretéritas y que recorre todo el xix, desde «Los últimos días de Pompeya» hasta «Quo vadis», pasando por «Salambó», Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) resucita en esta novela el mundo fastuoso y heroico, refinado y salvaje a la vez, de la Antigüedad.
Publicada en 1902, Cañas y barro es sin duda una de las novelas donde el vigor expresivo de Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) alcanza una de sus cotas más altas. Situada en el agreste escenario de la Albufera valenciana, que parece prestar a la obra su poderosa violencia, la obra narra la declinación del humilde clan de los Palomas, encarnada en la figura trágica de su último vástago, Tonet -individuo abúlico y de débil personalidad-. En el conflicto generacional entre abuelo y padre por una parte, esforzados extractores de los magros recursos que ofrece una naturaleza salvaje, y el hijo que rehúye una tradición de trabajo a cambio de una existencia especulativa, se puede advertir un trasunto de las tensiones que latían en una España convulsionada entre dos siglos.
LA CATEDRAL.,«Hay muchos que producen novelas porque cuando ellos nacieron ya las habían escrito otros. Si al venir a la vida no hubiesen encontrado libros, nunca se les hubiese ocurrido escribirlos. Yo, en cambio, tengo la certeza de que al nacer en un país salvaje, sin literatura, sin novelas, sin lenguaje escrito, habría hecho por las mañanas varias leguas de marcha para llegar a la cabaña del vecino más próximo y decirle: "Compañero, vengo a contarle una historia muy interesante que se me ocurrió anoche..." Yo he nacido para contar historias. Siento la necesidad de crear novelas, tan imperiosamente como necesito comer y beber.» Así expresaba Blasco Ibáñez (1867-1928), su íntima necesidad de contar historias, y es esta pulsión por crear ficciones la que acerca al lector de hoy en día a la figura del autor valenciano y lo reubica en el lugar de nuestras letras que le corresponde. La Catedral, escrita en 1903, forma parte de las llamadas «novelas sociales» que el autor publicó tras su famoso ciclo valenciano. La novela narra la evolución espiritual de Gabriel Luna desde sus días en el seminario hasta su activismo anarquista, y supone, además de un claro alegato anticlerical, un valiente posicionamiento ideológico por parte de su autor.