Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
La fundación de la diócesis de Badajoz ha sido extensamente tratada por muchos autores, de una forma que deja poco lugar a dudas: no existió una diócesis mozárabe de Badajoz; los nombres con los que se rellena o son de otra diócesis (Beja en la mayor parte de los casos, Baeza en el caso de Theodocutus), falsos (como Daniel) o deben considerarse un unicum asistémico (caso de Julio, posiblemente un obispo in partibus de la corte leonesa).
Badajoz no fue instaurada como reposición de una diócesis anterior sino una fundación ex novo en 1255, bastantes años después de su conquista en 1230 por el reino de León. Hoy por hoy, poco
puede añadirse a lo aquí resumido, pues la fundación de la diócesis de Badajoz es tema que todavía presenta muchas incógnitas.
Este trabajo no se ha planteado como un libro de investigación, pero tampoco pretende ser un episcopologio de Badajoz: su razón de ser es contribuir a enterrar de una vez errores que se han ido acumulando sobre el particular, y dar a conocer datos
que podrán, en su día, ayudar a plantear una historia moderna y científica del obispado de Badajoz, de la cual los obispos fueron solo una, y no siempre relevante, parte.
A la complejidad de las fuentes medievales debemos añadir, cuando se trata de investigar el origen de la diócesis de Badajoz, el cúmulo de ?cciones y presupuestos que suelen acompañar a toda fundación.
Para enfrentarse a esa maraña documental nadie mejor que el autor de este estudio, William S. Kurtz, el director del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz Guillermo Kurtz, acaso el mejor conocedor de las fuentes, archivos y testimonios del pasado cuando se re?eren a la historia eclesiástica de Extremadura, capaz de escribir un texto tiempo absolutamente riguroso y, al mismo tiempo, un estudio que no rehúye la controversia con que hasta la fecha se había desarrollado esta crónica.