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Sinopsis
John Banville habla de ella como la maestra de la fragilidad, Philip Roth nos recuerda su precisión casi cruel a la hora de diseccionar sentimientos. Y los dos aciertan.
Las mujeres retratadas en estos cuentos tienen el descaro de pedirle al amor mucho más de lo que sería razonable; sin embargo saben recoger con soltura lo que queda de los platos rotos en el suelo de una cocina, y siguen adelante con toda la energía que Edna O´Brien ha puesto en sus palabras y sus gestos.
Pocas veces las vemos resignarse a un matrimonio largo, donde los días se parecen unos a otros, a menudo las vemos huyendo de casas, colegios y conventos, pero en su desesperación por una vida más libre sacuden al lector y le interpelan. Es así como la gran autora irlandesa ha creado un mundo donde todo es conocido pero nada se repite, porque bastan un verbo o un adjetivo para que el mundo sea otro.