Svetlin consigue retratar los matices más controvertidos de un niño mágico, carismático, cruel, aventurero, provocador..., así como la deslumbrante escenografía y los variopintos personajes del País de Nunca Jamás. Más de sesenta ilustraciones en acrílico acompañan este texto atemporal —del que ofrecemos la versión íntegra de 1911— de J. M. Barrie, uno de los autores indiscutibles de la literatura infantil y juvenil de todos los tiempos. El dinamismo y el trazo virtuoso del artista búlgaro nos hace revivir una gran puesta en escena, la teatralización de un relato que Barrie escribió en un primer momento para ser representado. Un trabajo de ilustración que va más allá del dominio de la técnica y la expresión, con un estilo muy personal, cargado de matices y detalles, en el que sublima la tradición pictórica tanto clásica como contemporánea.