Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Sinopsis
Receta para una novela inolvidable
Tómese una masa familiar, trabajada a mano y añádanse los siguientes ingredientes en abundancia, sin escatimar: amor, humor, secretos, traiciones, disparates, pequeños dramas y grandes alegrías Debe cocerse a fuego vivo, riendo, cantando y dando voces. Imprescindible el acento napolitano.
Querido comensal es decir, querido lector: aquí te sirvo los avatares de una humilde familia napolitana trasplantada a América a comienzos de los años cincuenta.
Un plato, o sea, una historia sencilla pero irresistible contada en primera persona por Andrea, el hijo de la familia, quien tendrá la difícil tarea de conciliar los mundos en los que le tocará vivir: Buenos Aires, Nápoles, Barcelona
Tras infinitas peripecias, idilios, aciertos y errores, Andrea descubrirá que su auténtica patria sigue estando en la modesta Pizzería Vesubio en el corazón del barrio de su infancia.